viernes, 15 de septiembre de 2017

DJINN 13. KIM NELSON de DUFAUX y MIRALLES

Djinn 13, Kim Nelson de Dufaux y Miralles; edita Norma Editorial
Norma editorial. Barcelona, 2017.
54 páginas, 12 euros.

LA PERLA NEGRA
Trece años han necesitado Ana Miralles y Jean Dufaux hasta concluir la saga Djinn, a razón de tomo por año. El éxito artístico de la dibujante es innegable. Lo del guión es algo más difícil de explicar.


Vaya por delante que la razón para seguir esta serie es el trabajo de la española. Aunque Djinn supuso su salto a una carrera internacional, al emparejarse con un guionista del prestigio de Dufaux, la sensación al final es que ha hecho un largo camino para acabar en el mismo sitio.

Las aventuras erótico-políticas de su Jade y compañía no están tan lejos del sicalíptico tebeo que firmó con su marido Emilio Ruiz en el lejano año 1990. Primero en versión original, en riguroso blanco y negro y más tarde a todo color, El brillo de una mirada descubría a una autora poderosa que no temía dibujar chicas guapas en situaciones excitantes. La cosa se puso más seria con Eva Medusa, dos álbumes escritos por el gran Antonio Segura que acabaron de ponerla en el mapa. Firmaron un tercero que yo prefiero olvidar. Trataba sobre una mujer-diosa, una chica perseguida por una maldición, una devoradora de hombres al tiempo que desdichada e inocente muchachita. Miralles y Segura transitaban con seguridad algunos arquetipos que flotan por nuestra psique colectiva, especialmente los que se refieren a esas edades inciertas en las que el sexo resulta tan atractivo como misterioso y terrible.


Ana Miralles sur la couverture Djinn 12 from Emilio Ruiz Zavala on Vimeo.

Medusa fue un trabajo brillante que le permitió saltar al mercado franco-belga. Ahí lleva instalada más de una década, con tiradas de miles de ejemplares, ediciones especiales y todas esas ventajas que otorga trabajar con las grandes compañías en productos que se comercializan bien.

Con el tiempo el arte de Ana ha madurado y mejorado y está ahora a la altura de los mejores dibujantes del mundo. Nada se le resiste. Sus personajes tienen fuerza y expresividad, actúan bien y son elegantes y atractivos, ellos y ellas. Sus fondos son precisos y se ajustan a la narración. Puede detallar ciudades o junglas pero solo si el relato así lo precisa. Su color es sensacional, un aspecto muy importante en una trama como la de Djinn, donde las sensaciones son cruciales. En muchos casos el lector participa de lo narrado gracias a la sabiduría cromática desplegada por Ana. Es una virtuosa del color y da gusto apreciar las texturas que consigue con sus acuarelas en estos tiempos de frialdad digital. El erotismo en sus manos es siempre elegante, sofisticado. El mínimo gesto, como esa viñeta en la que Kim se desprende de su ropa interior, está resuelto con una sutileza encantadora. Y por supuesta su presencia asegura que ninguna de las féminas de sus historias haga el canelo. Miralles es una profesional, compitiendo en un nivel muy alto, no está para tonterías. No necesita reivindicar nada, su trabajo y sus personajes lo hacen por ella.

Djinn 13, Kim Nelson de Dufaux y Miralles; edita Norma Editorial Viñeta
Lo de Dufaux es algo más complicado. Su carrera para mí es un misterio. Aquí lo conocimos con Jessica Blandy, donde otra mujer era la protagonista. Era una serie negra en la que podía pasar casi de todo y la heroína era sometida a unas experiencias muy poco habituales en el tebeo europeo. Los guiones eran convincentes, duros e innovadores. Pero luego Dufaux fue difuminándose y convirtiéndose en otro. En mi opinión, más similar a Cothias, ambos circulaban por lo que podría denominarse “la senda de la crueldad”.

Como es sabido en la última mitad del siglo XX los comics franco belgas abandonaron progresivamente la orientación judeocristiana y bienintencionada que había sido tradicional hasta entonces. La nueva generación de autores deseaba reflejar los cambios que se estaban produciendo en la sociedad. Así que muchos guionistas se pusieron a contar historias en las que la idea convencional del bien y del mal quedaba desenfocada, si no refutada completamente. La violencia, la ambición y otras pasiones se adueñaban de unos protagonistas que así se sentían más humanos. Hubo por supuesto otras voces y otras plumas, como Van Hamme que demostró en Thorgal y otras series que el héroe clásico seguía siendo apreciado por las masas. Pero había un mercado para esas historias sin barreras morales y Dufaux parecía sentirse a gusto ahí.

Djinn 13, Kim Nelson de Dufaux y Miralles; edita Norma Editorial comic
El gran problema con este tipo de relato es que se pierde el conflicto. Si el malo y el bueno desean lo mismo y se comportan de la misma sanguinaria manera ¿cuál es la diferencia? En muchos casos resulta demasiado sutil para apreciarla. Y eso pasa en Djinn constantemente. Con todo, no dudo que Dufaux intenta construir un artefacto complejo, empezando por la estructura temporal. Como se sabe, la saga trabaja en dos tiempos, uno pasado donde habita Jade y otro presente, protagonizado por Kim, su ¿nieta? Mientras la descendiente iba descubriendo aspectos de la vida de su extraña abuela, se nos contaban las andanzas pasadas de ese ser mitad mujer, mitad diosa. No solo eso, la saga se dividió en tres ciclos: el primero en Turquía, el segundo en África y el tercero en la India. Pero resulta que los sucesos indios son anteriores a los de África. De manera que mientras leíamos el ciclo africano se adelantaban aspectos que luego descubrimos en los volúmenes indios. Al final se dan muchas explicaciones pero lo cierto es que la estructura temporal acababa siendo un poco mareante.

Dufaux y Miralles han decidido interrumpir su colaboración, aunque las últimas páginas parecen anunciar una posible continuación, quizás con otro tono. Ahora ha llegado el momento de releer toda la historia con calma y considerar si, más allá de los sugerentes dibujos, hay una verdadera reflexión sobre los juegos de poder y placer o la cosa se acerca más a la tomadura de pelo.


Djinn T12 - Un Honneur Retrouvé - Pl 37 from Emilio Ruiz Zavala on Vimeo.