viernes, 31 de enero de 2014

XENOZOIC de M. SCHULTZ

Xenozoic de Mark Schultz, edita Aleta
Aleta, 2013.
352 páginas, 39,95 euros.

APOCALIPSIS EN LOS 80


El apocalipsis se convirtió en un suceso casi cotidiano en los ochenta. Ahora nos llegan dos bonitas reediciones con historietas de ese género.


Los tebeos que narraban las andanzas de desventurados supervivientes eran legión. A veces el desastre era ecológico, otras nuclear e incluso se ensayaban combinaciones de ambos. Cuando poco antes de iniciarse la última década del siglo XX cayó el infame muro de Berlín, sus restos arrastraron consigo innumerables viñetas que predecían nuestro fin de múltiples y desagradables maneras. El género nunca ha vuelto a ser el mismo, aunque los agoreros del juicio final han seguido anunciando incontables catástrofes que nos amenazan. Pero los guionistas parecen haber perdido la fe, despoblando las historietas de enfermos radiactivos y tipos duros capaces de acometer las mayores hazañas y también las más salvajes atrocidades con tal de sobrevivir.

Hombre - too 2 de José Ortiz y Antonio Segura, edita EDT Editores de Tebeos desde el blog de F. Flórez
Dos volúmenes imprescindibles recuperan algunas cumbres de aquel género tan peculiar como limitado. Ya señalé en su momento sus similitudes con el western, algo que queda patente en la relectura de Hombre. Esta obra maestra de Segura y Ortiz alcanza su segundo tomo, donde se agrupan las historietas en color de la serie. Aunque el gran Ortiz es incapaz de desprenderse del trazo veloz que le caracteriza, aquí se recrea con el color sobre todo en algunas caras alcanzando matices casi fotográficos y muy poco habituales en él. Enseguida abandona esos miramientos, que aparecen más en los primeros episodios, para centrarse en unos acabados de acuarela tan expresivos y rápidos como sus conocidos golpes de pincel. Un trabajo que rebosa energía y que se ajusta como un guante a las vigorosas tramas imaginadas por Segura. Hay violencia sin concesiones y generosas muestras de anatomía femenina, es bruto y ochentero, sexy y animal. No se lo pueden perder.

Lamentablemente José Ortiz falleció el pasado diciembre víctima de una fulminante enfermedad. En octubre había acudido al Salón de Gijón, donde sorprendió a todos con su vitalidad y amabilidad. Con más de ochenta años, se mantenía activo y en plena forma y reveló que estaba terminando una nueva entrega de Tex. Recibió el Premio Haxtur al Autor que amamos. Nos ha dejado uno de los grandes. Descanse en paz.

El segundo ejemplo es la reedición en un formato digno de la saga de Mark Schultz Cadillacs y dinosaurios, ahora conocida simplemente como Xenozoic. Como ya saben todos sus seguidores el caso de Schultz es muy extraño. Hablamos de un tipo con un dibujo clásico, deudor de los maestros de la E.C., que primero imita a Wood pero que acaba finalmente decantándose por Williamson y su elegante realismo. Alguien que no encuentra acomodo entre las grandes compañías y que debe recurrir a un editor independiente para conseguir que su trabajo vea la luz. Que tarda cada vez más tiempo en realizar un solo episodio debido a su casi enfermizo perfeccionismo. En el último empleó un año completo. Que sobrevive gracias al marketing de la serie y a su traslación a otros medios, como la animación y los videojuegos. Hablamos por tanto de una obra muy personal donde el desastre ecológico provoca una situación en la que los dinosaurios conviven con unos humanos que aún conservan parte de su tecnología, cadillacs incluidos. No es necesario mencionar la brillantez del trabajo gráfico de Schultz, basta pasar las páginas de Xenozoic para comprobarla y certificar la mejora, episodio a episodio, de su dibujo. Pero es que a esas planchas saturadas de información y detalles debemos sumar unos argumentos poéticos e inteligentes, que concilian a la perfección tramas de aventuras, de guerra de sexos, política y hasta ciertas reflexiones filosóficas. Es una obra mayor y su relectura es siempre necesaria.

Desde que la terminó, el autor se ha mantenido ocupado. Ha estado intentando acabar una suerte de novela muy ilustrada durante los últimos seis años. Parece que su intención es rematar Storms at sea antes del próximo verano. Luego dibujaría un episodio aislado de Xenozoic, fuera de continuidad y con la intención de recuperar el interés sobre la serie. Lo publicaría su actual editor, Flesk, que siempre ofrece unos productos impecables. Tras ese álbum, Schultz desea retomar y culminar la serie inicial. Ojalá podamos verlo algún día.


Aquí una visita rápida al catálogo de su exposición en Mallorca en 2005
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viernes, 24 de enero de 2014

BATTLING BOY de P. POPE

"Battling boy" de Paul Pope, edita DeBolsillo grupo Penguin Random House
 DeBolsillo, 2014.
208 páginas, 14,95 euros.

DIOSES NUEVOS


Los aficionados saben que cuando se habla de “Nuevos Dioses” sólo podemos referirnos a los de Kirby. Conviene recordarlos cuando nos enfrentamos a esta nueva mitología de Paul Pope.


Lo de Kirby era un disparate muy relacionado con los cambios de los sesenta. Sus protagonistas eran jóvenes y dicharacheros y constituían un adecuado contrapunto a anteriores aproximaciones más solemnes. Kirby se movía en un terreno familiar, toda su vida había tratado con semidioses. Su mayor éxito fue la actualización de la figura del héroe a través del supergrupo Los Cuatro fantásticos. Allí se exponían las contradicciones, las responsabilidades pero también las ventajas de ser un campeón. En una lógica vuelta a los orígenes él y Lee habían recreado al dios nórdico Thor, oscilando entre el drama y la comedia, aunque lo que muchos de sus seguidores sin duda recordarán son sus rimbombantes diálogos “a lo Shakespeare”.

New Gods / Nuevos Dioses de Kirby
En general, fuesen dioses, semihumanos o simplemente héroes sin poderes, las creaciones de Kirby eran humildes, se reían de la pedantería y la arrogancia, dispuestos siempre a enfrentarse a los abusones y matones de la galaxia. Con su mentalidad de chico de barrio la fibra moral de Kirby no desfallecía jamás, separando con claridad el bien del mal. Sus Nuevos Dioses luchaban contra el malvado Darkseid, un trasunto de Hades, con el desparpajo de una pandilla de surferos. Podían ser unos chulitos pero sus reacciones eran profundamente humanas.

Ahora a Paul Pope se le ocurre que puede aportar su toque personal a estos temas. Pope es lo que se denomina un autor rompedor. Ya nos brindó un Batman año-no-sé-cuántos que afortunadamente he olvidado casi por completo. Lo primero que llama la atención es su grafismo, más “pastoso” de lo habitual. A Pope le gusta añadir una ración extra de suciedad y un acabado mórbido que inmediatamente ha llevado a algunos a clasificarlo como autor “casi europeo”. Ya saben, si algo parece bueno debe de ser europeo. Visualmente su trabajo da bastante grima pero con todo le reconozco cierto vigor. El arranque de este Battling Boy contiene secuencias con garra y unos malos curiosos. Luego la acción se desplaza de una suerte de Batman terrestre al plano celestial. Así es como descubrimos a algunas divinidades que de vez en cuando bajan al inframundo (el nuestro) a pelear con los monstruos. El hijo preadolescente de un trasunto de Thor se enfrenta a su prueba de iniciación pasando una temporada en un mundo humano. En fin, nada nuevo bajo el sol si no fuera por la carcasa gráfica de Pope, que ya digo intenta evitar acabados convencionales.

También hay algo más que llama la atención: la actitud de los dioses. Su Battling Boy tiene mucho de Sigfrido, de su olímpico desprecio por todo lo humano. Hay una cierta fascinación totalitaria en su manera de relacionarse con los hombres, apenas meras hormigas para él. Liquida a los monstruos no con la voluntad de hacer el bien sino porque le fastidian o algo así. Curiosamente cuanto más se avanza en la trama más nos recuerda el último trabajo del gallego David Rubín: El héroe. En ambos casos se reflexiona sobre la fama y sus consecuencias y, sobre todo, se traza el perfil de héroes antipáticos, despegados de la humanidad. Iluminados que no sienten empatía ni compasión por quienes les rodean, esos humanos demasiado diminutos para ser tenidos en cuenta. Como comprenderán, el sentimiento acaba siendo recíproco así que resulta casi imposible interesarse por las andanzas de estos neo-petimetres. Conmigo que no cuenten.
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viernes, 17 de enero de 2014

LA PROPIEDAD de R. MODAN

Portada de "La Propiedad" de Rutu Modan, edita Sins Entido
Sins Entido, 2013.
224 páginas, 24 euros.

JUDÍOS Y POLACOS


Si hace unas semanas comentaba el último álbum de Asaf Hanuka, ahora le toca el turno a una compatriota suya, Rutu Modan, que nos brinda una nueva muestra de la vitalidad del comic judío.


En los últimos años nos ha ido llegando un goteo de historietas creadas por autores de ese pequeño país. Y cada vez son más interesantes. Hanuka vuelve a estar presente en La propiedad a través del personaje de un artista polaco. Los dibujos que aparecen en el cuaderno de bocetos que pasea son suyos. El resto viene firmado por la talentosa Rutu Modan, cuyas obras anteriores confieso que no me habían llamado tanto la atención. Pero esto es otra cosa.

Por un lado porque aborda un asunto tan poco tratado como es el de la recuperación de derechos por parte de los judíos supervivientes del holocausto. A veces leemos en prensa que tal o cual familia pelea por los Rembrandts o los Klee que algún industrial alemán o sueco expolió a sus abuelos. Pero los bienes más comunes, en este caso una casa en Varsovia, no suelen interesar a los medios, son litigios con poco glamour. Modan parte de esa reivindicación para imaginar una historia en la que una abuela viaja a Polonia con su nieta para recuperar lo que es suyo, pero también para enfrentarse con un pasado que permanece muy vivo en su memoria.

Viñeta de "La Propiedad" de Rutu Modan, editado en España por Sins Entido
Así que, de una manera muy inteligente y sutil, se nos lleva del problema histórico al particular, de lo legal a lo sentimental. Las dos mujeres se enfrentan al amor en Polonia, una reviviendo un romance de juventud y la otra flirteando con un joven guía, repitiendo casi la misma senda surcada décadas antes por su abuela. Todo está contado con un ritmo pausado que enfatiza la delicadeza de los sentimientos. Tanto la pasión que fue y se desvaneció como la que podría encenderse en la actualidad están tratadas sin mojigaterías y con extrema naturalidad. No todo se resuelve de la forma limpia y lineal que acostumbran a mostrar ciertas comedias románticas, pero el desarrollo de los hechos es satisfactorio y convincente y ningún lector se sentirá defraudado al concluir el álbum. La autora se encarga además de sazonar su relato con algunos ingredientes más. Como la figura del aspirante a yerno que vigila todos los pasos de las dos protagonistas para asegurar los derechos de su mujer. O las pinceladas sobre el drama del ghetto o el inefable humor judío que anima todos los pasajes del libro. Sumen a eso un dibujo delicado con un color muy armonioso aunque quizás un tanto oscuro en los fondos. Modan practica una suerte de “línea clara” muy simple pero que vehicula a la perfección su narración.

Un tebeo contenido y cargado de buenos sentimientos y personajes realistas, muy bien construidos. Sus diferentes líneas argumentales se entrelazan con maestría hasta construir un todo coherente y de amena lectura. Un agradable trabajo que nos habla de una autora a la que no debemos perder la pista.
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viernes, 10 de enero de 2014

BLACKSAD. AMARILLO de CANALES & GUARNIDO

Portada de "Blacksad. Amarillo" de Díaz Canales y Guarnido, edita Norma
Norma, 2013.
56 páginas, 15 euros

DEL NEGRO AL AMARILLO


Los creadores de Blacksad recorren la gama cromática asociando cada álbum con un color. Tras el negro, el blanco, el rojo y el azul, ahora es el turno del amarillo.


Como es sabido, cuando empleamos la expresión “género negro” para referirnos al policíaco o a lo que los americanos llaman trhiller, lo que hacemos es imitar a los franceses que empezaron a emplear tal denominación debido a una colección de novelas de ese estilo. Y sí, sus portadas eran negras. En Italia, en cambio, hablan de giallo porque sus portadas eran amarillas. En la quinta aventura de su gato detective, Guarnido y Canales nos ofrecen una serie negra que se ha vuelto amarilla para la ocasión. Y el cambio les sienta bien. Aunque el giallo ha acabado asociándose con la variante más violenta y burra del género, no es exactamente eso lo que define este episodio. No faltan los asesinatos y abundan los accidentes a causa del protagonista, un gafe al que persigue la desgracia, condenado a propiciar el caos a su alrededor.

El volumen mantiene los rasgos por los que Blacksad se ha hecho popular y que le aseguraron un éxito casi instantáneo. Sobre todo el trabajo de un artista que proviene del mundo de los dibujos animados y que nunca decepciona.
Personaje de Blacksad. Amarillode Díaz Canales y Guarnido, edita Norma
Los personajes están bien definidos, el color se aplica con decisión, teniendo en cuenta sus vertientes estética y comunicativa, la puesta en escena se mima al detalle, la narración es espectacular. Todo nos habla de una obra realizada con cariño y pensada para contentar a una mayoría.

La parte más débil de este conjunto siempre han sido los guiones. Tenían la virtud de poner a Guarnido a dibujar, dándole excusas para brindarnos un dibujo bonito tras otro. Pero acumulaban muchos clichés y apenas conseguían construir algún personaje creíble.
La comparación con Grandville, un tebeo de Talbot también con animales parlantes, permite ver esto con mayor claridad. Si el inglés se preocupa de caracterizar con verosimilitud a sus protagonistas y secundarios, Díaz Canales parecía más interesado en impartir clases de historia y ofrecernos su peculiar versión de los cincuenta en USA. Así que sus personajes eran estereotipos, figuras muy planas.

En esta nueva entrega no mejora sustancialmente, pero sí que desarrolla su relato con más convicción. La historia, muy simple en apariencia, nos entretiene y engancha hasta el final. En esencia se trata de una persecución, una de esas aventuras de carretera que de alguna forma funciona a base de azar y caos, mucho caos. Por el camino podemos disfrutar de varios aspectos gloriosos. Como los cielos de Guarnido. Sus acuarelas son excelentes y muy frescas y aquí y allá nos sorprende con cielos cargados de nubes pintadas con los colores más cálidos que puedan imaginar. Pero lo más memorable del álbum sin duda es la secuencia de los monos. Se inicia con el número de los simios trapecistas. Luego en paralelo la mirada se divide entre el espectáculo circense y un intento de violación que acaba en asesinato. Esa muerte provoca la furia del circo que persigue al presunto asesino hasta atraparlo. Son apenas cinco páginas de acción arrolladora, increíbles picados y contrapicados y maravillosas angulaciones laterales. Pero sobre todo son una tremenda demostración de dibujo animal. La forma en que los monos se balancean y acosan al desgraciado protagonista es tremenda, magistral. En fin, no será el mejor tebeo del año, pero es una obra mayor y muy recomendable.
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viernes, 3 de enero de 2014

PARA REYES, ¡TEBEOS!

A pocos días de nuestra tradicional fiesta de Reyes siempre queda algún regalo por resolver. Los tebeos son una opción conveniente, más en un año caracterizado por la recuperación de clásicos incontestables.


El arte de Caran D'ache, editado por El Nadir
Empecemos por El arte de Caran d’Ache, publicado por El Nadir. Un tomito delicioso que nos permite admirar el trabajo del gran maestro francés, incluyendo varias láminas a color realmente espléndidas. No sólo sorprende la modulación de su línea y la elegancia de su estilo, también su humor, con ocurrencias tan refinadas como la de la vaca mirando pasar un tren. Es prehistoria, pero todavía nos conmueve y divierte.


Little Sammy Sneeze de Winsor Mc Cay, editado por Los tebeos de Cordelia
Los Tebeos de Cordelia recuperan el personaje eternamente constipado de Mc Cay, el gran padre fundador del cómic y la animación. Si disfrutaron con su Little Nemo sin duda amarán a este Little Sammy Sneeze, que nos llega ahora en una cuidada edición a color. Imprescindible, sorprendente y de una modernidad apabullante.



Felix el Gato, edita Kraken
Otro bonito volumen es el que agrupa las aventuras de Felix el gato. La edición americana original corre a cargo de Craig Yoe, un apasionado del medio cuyas entregas suelen ser siempre interesantes. Aquí lo publica Kraken y es más bien recomendable para un público infantil, aunque cualquiera puede disfrutar con las redondeadas formas de su dibujo.

Avanzando en el tiempo llegamos a Simon y Kirby de quienes se han editado dos recopilatorios agrupando algunas de sus primeras obras. Primero nos llegó la dedicada a sus historietas policiacas y ahora otro volumen con episodios de ciencia-ficción.

Science Fiction de Simon & Kirby, edita Diábolo
La iniciativa corre a cargo de Diábolo, que ya se había hecho cargo de los tomos de Ditko. Cuidada edición para un material que interesará más a los estudiosos e historiadores del medio que a los aficionados. Como lector prefiero sin dudarlo el material que Panini va recopilando en sus impresionantes tomos Marvel Gold. ¿Ya tienen el último? No se lo pierdan. Además, los colores respetan la crudeza de la edición original, sin aberraciones como la cometida recientemente con el Thor del pobre Simonson. Uno de los mejores tebeos de la historia arrastrado por el fango digital. ¡Qué horror!

Panini se encarga también de devolvernos a un clásico del tebeo español que se mantiene increíblemente fresco. Me refiero al Dani Futuro de Carlos Giménez y Víctor Mora.
Dani Futuro, de Giménez y Víctor Mora, editado por Panini Comics
Se agrupa toda la serie en un único y elegante volumen y volvemos a disfrutar con el Giménez más dibujante. Aunque luego se reveló como un autor completo, que impactaba por la seriedad y profundidad de sus temas, este divertimento de ciencia-ficción permanece como un trabajo bien hecho, perfectamente dibujado y mejor narrado. Reviso sus páginas y todavía siento el impacto de la primera lectura, con los rabiosos colores con los que apareció en Gaceta Junior, sus guiones bienintencionados y políticamente correctos y la calidad del dibujo más realista del que era capaz Giménez. Imprescindible.

Dejo para el final otra recuperación europea, el Integral de Bruno Brazil, con guión de Greg y dibujos de Vance. Ya saben que no soy un fan del dibujante de XIII, que aquí resulta tan envarado como de costumbre y además nos recuerda constantemente al encargado de llevar a James Bond al comic, el peculiar e impresionante Yaroslav Horak.
Bruno Brazil de Greg y Vance, edita Ponent Mon
No es casual, se había hecho cargo del personaje en 1966 y Brazil aparece dos años después. Teniendo en cuenta que este último tiene una reconocida deuda con el popular espía británica, es lógico que Vance estudiara a su “rival”. El problema es que Horak es mucho más dinámico y versátil y lo único que Vance consigue al imitarlo es que notemos más sus debilidades. Con todo, Brazil sigue siendo un tebeo de lectura fácil ya que al menos el artista es preciso con los fondos y el guionista es Greg, uno de los grandes creadores europeos: editor, dibujante y guionista, un auténtico genio con un peculiar sentido del humor y que raramente decepciona. Si a todo ello suman que este integral viene acompañado de unas precisas y amenas introducciones con mucha información para contextualizar la época en que apareció la obra, coincidirán conmigo en que es una compra muy recomendable. Edita Ponent Mon.
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