viernes, 23 de septiembre de 2011

LA SAGA DE ATLAS Y AXIS. Pau

Dibbuks. Madrid, 2011. 
80 páginas. 16 euros. 

LOS FAMOSOS PERROS 


Durante años Pau dibujó su sección Pau per tots para El Diario de Mallorca. Pero su sueño era producir para el mercado franco-belga algo similar a su adorado Asterix. Tras más de una década de esfuerzos y sacrificios finalmente lo ha conseguido.


En cuanto le han publicado en Francia ha encontrado también editor en España; lo cual dice tanto sobre nuestra industria que es preferible ni comentarlo. Ante todo conviene alegrarse por la aparición de una obra que confirma el talento gráfico de uno de nuestros dibujantes más interesantes.

El mallorquín transita una delicada senda que entrelaza citas a Uderzo con sombras de Corben, matices de Rosinski y toda la bolsa de trucos de Disney. Mezcla sin complejos esas influencias diversas consiguiendo un resultado que sorprende por su coherencia y emociona por su vitalidad. Todo en él resulta fresco y arrollador, lleno de verdad. Mención aparte para sus paisajes y su color, tan atmosféricos como sugerentes. Con Pau sentimos el frío y el calor, casi podemos tocar sus aguas siempre transparentes y luminosas, saboreamos sus texturas y disfrutamos con sus armonías cromáticas.

Como alumno aventajado de Max es un inconformista y así lo reflejan sus temas. Parte de la tradición de los funny animals pero sus personajes son más animales que divertidos, no oculta su fascinación por los documentales de la 2.
Esta es creo yo su principal aportación, una suerte de verismo que le separa de productos anteriores. No es un tebeo para niños, aunque lo parezca. O quizás sí, para los del siglo que arranca. En todo caso sus perros mean (una y otra vez), muerden, follan y hasta dicen palabrotas. Ese realismo que dota de originalidad a sus héroes, también le lleva a cometer ciertos deslices argumentales. Como por ejemplo que en un relato de venganza y búsqueda, de repente el compañero del héroe desaparezca para volver a entrar en acción un montón de páginas después. Como es un perro... O las reacciones ante la matanza final. Parece que se apunta una reflexión, que se corta bruscamente ante el argumento de que los perros no les dan tantas vueltas a las cosas.

Esa naturalidad canina es un arma de doble filo. Por un lado le permite crear y jugar con dos personajes frescos y cuyas peripecias se siguen con agrado. Pero también le lleva a cierta despreocupación argumental, que aporta al álbum un ritmo un tanto entrecortado. En toda la parte de la desaparición del comparsa quizás se nota en exceso la voluntad de presentar personajes a desarrollar en álbumes posteriores. Por otro lado, la motivación de los héroes y la presentación visual de los villanos no son convincentes. En ambos casos nos falta información que nos permita interesarnos o preocuparnos por unos y odiar a los otros

Concluyo con el principal escoyo al que se enfrenta: esta historia ya ha sido contada por uno de los mejores. Si hablamos de salir en busca de unos familiares y amigos raptados por una tribu enemiga los aficionados al cine enseguida recordamos dos clásicos de Ford. Primero Dos cabalgan juntos, donde Stewart y Widmark mantenían un tono de farsa hasta que el director derivaba abruptamente hacia la tragedia. El niño criado por los indios era llevado de vuelta entre los blancos y allí mataba a su verdadera madre, por lo que era linchado sin dilación por una enfurecida turba. Luego Ford retomaba el aire de comedia y aquí no ha pasado nada. En Centauros del desierto el protagonismo era para John Wayne, que bordaba un papel de racista a la busca de su sobrina capturada por los malvados pieles rojas. En ambos casos la peripecia argumental era una excusa para reflexionar sobre la violencia y las problemáticas relaciones entre culturas.

El asunto es complejo y espinoso. A Pau no le falta talento pero creo que su visión documental le lleva a no pronunciarse. Unos llegan y matan y los otros van y se vengan, así son las cosas. Pero un relato supone un recorrido, cambios, conflictos que deben resolverse. De alguna manera parece intuirlo y deja escapar algunos diálogos que citan el problema de la violencia, pero con poca convicción.

Pienso que algunas de estas debilidades tienen que ver con la larga gestación del trabajo, reelaborado durante años. Seguro que si la saga funciona (y eso parecen indicar las primeras y muy favorables críticas de los franceses) podrá centrarse en construir historias más sencillas y directas, evitando algunos de los vericuetos con los que se entretiene en este primer volumen. Ya tiene un pie dentro, ahora sólo queda desearle un largo y afortunado camino en su aventura gala. ¡Suerte, amigo!